Escritura
Diaria y Guía de Oración
Semana de Oración para la Unidad Cristiana 2003
Día
1, Esperanza: Tenemos este tesoro en vasijas de barro (2 Corintios
4:7).
Escritura
Génesis 15:1-7, No temas, Abraham...
Salmo 16, Tu eres mi Señor...
Hebreos 9:8-12, Cristo, como sumo sacerdote de los bienes futuros.
Lucas 24:13-35, Nosotros esperábamos que sería Él
el que iba a librar a Israel.
Meditación
Abraham puso su confianza en Dios. El dejó la seguridad
de su tierra, en su ruta a la Tierra Prometida. Para su familia
se torna un extranjero, llamado a hacer un cambio doloroso pero ciertamente
fructífero y liberador en la tierra de Caná. Los
peregrinos de Emaús son forzados a volver a su lugar de orígen
de manera de volver a encontrar de nuevo el impulso inicial el cuál
los llevó a seguir a Jesús. El recuento de las historias
de Moisés y los profetas mueve a la confianza y el amor, y restaura
el tesoro divino dentro, la fundación de su esperanza en sus
ansiosos corazones. Cada cristiano comparte esta esperanza. El
dejar la patria, y el extender la mano al otro, puede llevarnos hacia
adelante y a crecer juntos con el otro de manera que uno le ofrezca
a Dios un corazón lleno y capaz de almacenar el tesoro que Dios
desea poner en cada uno de nosotros. Este corazón es el
recipiente de barro de nuestra humanidad, el mismo frágil, hecho
del polvo. Nosotros los cristianos estamos llamados a hacer conocer
juntos este tesoro brillando en gloria en el rostro del resucitado. Nosotros
hacemos esto cuando demostramos a nosotros mismos ser una comunidad
reconciliadora.
Oración
Señor, a pesar de nuestras debilidades, nos has hecho a nosotros
testigos para esperar, discípulos leales de tu Hijo, el cuál
desea mostrar su victoria en un mundo roto. Concédenos a
nosotros un amor renovado, una verdadera sabiduría, y un nuevo
impulso por la unidad para que el mensaje eterno de tu Hijo pueda ser
recibido como buenas noticias para todos. Enciende de nuevo nuestra
fe y nuestra esperanza de manera que nosotros podamos caminar con alegría
hacia tu reinado celestial, confiando en tu promesa de gloria eterna.
Amén.
Día 2, Fe: Atribulados en todo, mas no aplastados
(2 Corintios 4: 8).
Escritura
Éxodo 5:6-17, Que se aumente el trabajo de estos hombres.
Salmo 128, Del trabajo de tus manos comerás.
Hebreos 11:13-27, Ellos desean un país bueno.
Mateo 2:14-15, José se levantó, tomó de noche al
niño y su madre, y se retiró a Egipto.
Meditación
Nuestro tiempo está marcado por persecuciones y opresiones políticas,
sociales, culturales y económicas. Esto causa a menudo a
las gentes dejar sus países en búsqueda de una mejor vida. Cuando
llegan a tierras extranjeras, la gente frecuentemente sufre una explotación
similar a la de los judíos en Egipto. La emigración
puede ser experimentada como un acto de fe, como Abraham partió
hacia la Tierra Prometida, o como Moisés dirigió sus gentes
a la libertad. María y José con Jesús, escaparon
de Egipto para salvar sus vidas de Herodes. Hoy, Dios nos muestra
el camino a la vida en medio de los peligros. Perseguidos mas no
desalentados, muchas personas sacan de su fe en Dios, la fortaleza para
permanecer firmes ante la faz de la discriminación en base a
raza, color de piel, género, cultura, lenguaje o poder económico. La
emigración tiene consecuencias para la vida ecuménica. Trae
miembros de diferentes iglesias juntos y les da a ellos un comienzo
nuevo en miras a la unidad. La movilidad nos recuerda a nosotros
que todos somos emigrantes en esta tierra. Nosotros somos todos
peregrinos en el camino a la casa del Padre. Nosotros entonces,
estamos invitados a avanzar juntos a lo largo del camino hacia la unidad,
el camino el cuál nuestro Señor nos ha abierto.
Oración
Dios nuestro Padre, el cuál sus profetas fueron transeúntes
temporales y cuyo Hijo supo en exilio en tierras extranjeras que ellos
mismos no conocían, acompaña a los emigrantes de nuestros
tiempos, y camina con los peregrinos en los viajes de nuestros días. Que
las barreras que nos separan se caigan, que las sospechas se vayan a
pique, que cese el odio. Que tu Espíritu toque a cada corazón
humano y respire nueva vida en tus iglesias en el peregrinaje hacia
la unidad. Ayúdanos a sobreponernos a nuestras divisiones
y a ir hacia delante en justicia y paz. Amén.
Día 3, En la imagen de Cristo: A fin de que
también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo
(2 Corintios 4:10).
Escritura
Génesis 1:26-27, En la imagen de Dios él los creó.
Salmo 45: Tu Dios, te ha ungido.
1 Timoteo 6:11-16, Conserven el mandato.
Mateo 5:14-15, Vosotros sois la luz del mundo.
Meditación
La persona humana lleva la imagen y semejanza a Dios. Este es el
signo de una integridad la cuál nada puede destruir. Esta
misteriosa verdad constituye un llamado perpetuo a un crecimiento espiritual
de manera de alcanzar las medidas de Cristo. Cristo mismo vive
dentro del cristiano. Los cristianos debemos hacer simple la vida
de Cristo la cuál está dentro de ellos. Ellos están
llamados a permanecer firmes en obediencia a las demandas del Evangelio
hasta que el regrese de nuevo. Este testimonio envuelve el ser
entero del creyente. A través del tiempo, los cristianos
han sufrido martirio en testimonios fervorosos y obediencia a Cristo. A
menudo la causa de martirio se encuentra en los orígenes del
exilio. El cristiano es, entonces, llamado a ser transformado a
semejanza a Cristo, revelando a Cristo en la misma vida de uno mismo. “Yo
soy la luz de este mundo”... “Vosotros sois la luz del mundo”. Esta
luz debe brillar adelante a través de trabajos de justicia, caridad,
y compasión y así revelar los trabajos redentores de Dios. La
iglesia tiene un llamado especial para proteger los derechos humanos
y cambiar las prácticas culturales que no respetan y albergan
la dignidad humana. Nosotros no podemos vivir auténticamente,
orar y servir por la unidad de la iglesia sin una fe, vida y testimonio
que promueva al mismo tiempo la renovación de la comunidad humana.
Oración
Dios del amor, Creador de toda vida, anímanos a discernir en
nosotros mismos y en nuestros hermanos y hermanas tu imagen. Dános
la fortaleza necesaria para obedecer el imperativo de tu todo abarcador
amor. Guíanos de manera que nuestros testimonios lleven
a la unidad de las iglesias y que con una voz nosotros podamos llamar
a todos la humanidad a ser responsable for cada uno de los otros y por
toda la creación. Amén.
Día 4, La Dignidad de la Vida Humana: A
fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra
carne mortal (2 Corintios 4:11).
Escritura
Esdras 1:1- 4, Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo,
sea su Dios con él.
Salmo 50:6, Anuncian los cielos su justicia.
Romanos 6:6-14, Muerto para pecado y vivo a Dios en Cristo Jesús.
Marcos 9:33-37, Si uno quiere ser el primero, sea el último
de todos y el servidor de todos.
Meditación
Muchos aspectos de la vida son duros. Condiciones de vida degradantes,
desespero y terror son parte de las vidas de muchas personas. Esto
es contrario a la invitación de Cristo de vivir en una forma que
cumpla con las demandas de su Reino. El poder de su resurrección
nos libra a nosotros de toda tentación que negocie con la muerte. Porque
El está presente en nosotros – resucitado, pero llevando
las pisadas de los despreciados, rechazados y los excluídos –
la dignidad pertenece a todos nosotros. Nosotros debemos desafiar
las sociedades que excluyen a la gente y desatienden las necesidades
materiales de la vida. Nosotros podemos ser tentados a renunciar,
creyendo que nosotros estamos solos. Pero no debemos perder el
valor, ya que otros entre nosotros también están trabajando
para la dignidad de la vida humana, haciendo así visible
la vida de Jesús en nuestras vidas. La iglesia está
llamada a revelar esta luz brillando en la oscuridad. En un mundo
tan dividido, nuestra búsqueda por la unidad, es vital. Nuestro
llamado común está para mostrar el poder de la resurrección
de manera que el mundo crea. Enfrentados con guerra y con aflicciones
de todas clases, rodeados de luchas por poderes temporales y por discordia,
pero guiados por Cristo, nosotros debemos comprometernos nosotros mismos
a ayudar que el mundo cambie su curso.
Oración
O Dios, nosotros nos comprometemos nosotros mismos a Ti que eres nuestra
fortaleza. Aquieta nuestras mentes y cuerpos. Ven a nuestros
corazones. Ayúdanos a conocer el poder de renovación
el cuál nos ofreces cada día. Abre para nosotros
el camino a la unidad. Guíanos a lo largo del camino a tu
reino a ser testigos de la esperanza. Que no sucumbamos al desespero
pero vivamos en la esperanza a través de Cristo cuya resurrección
ha sobrepasado la muerte. Dános tu Espíritu como
guía y consolador mientras nosotros buscamos hacer manifiesto
la unidad de tu iglesia. Amén.
Día 5, Valor: Creí por eso hablé
(2 Corintios 4:13).
Escritura
Josué 1:1-9, Sé valiente y firme. No tengas
miedo ni te acobardes.
Salmo 113:7, El levanta del polvo al desvalido.
Efesios 2:11-22, Así pues, ya no sois extraños ni
forasteros.
Marcos 7:24-30, Por lo que has dicho, pues vete.
Meditación
En un tiempo de incertidumbre y miedo, Josué habló vigorosamente
en el nombre de Dios y urgió a la gente de Israel a cruzar el
Jordán y ocupar la tierra prometida a sus antepasados. El
les urge a ellos a ser fuertes y valientes y actuar de acuerdo a la
ley de Dios. Generaciones posteriores, una mujer Cananita vino
a Jesús y valientemente le pidió que curase a su hija. Un
gentil y una mujer, por cuidar a su hija ella rompió con barreras
de la cultura, tradición y género. Su ruego era algo
contrario al plan de acción Jesús y su urgencia de llevarlo
a cabo. El creía que el debía ir primero a la casa
de Israel. Pero fue movido por el valor y la respuesta de esta
mujer. El también entonces alcanzó a través
de estas barreras y dijo, “Por decir eso te puedes ir –
el demonio ha salido de tu hija”. En Efesios, los cristianos
gentiles son recordados de que eran una vez “extranjeros de la
república de Israel y extranjeros a los convenios de la promesa”. Pero
ahora en Cristo Jesús aquellos lejos están cerca. El
rompe la pared divisoria y la hostilidad entre los gentiles y judíos
y reconcilia a los dos a Dios en un cuerpo a través de la cruz. Hoy
los cristianos están obligados por el ejemplo de Cristo a alcanzar
más allá de barreras de cultura y raza, a recibir y servir
a refugiados y extranjeros. En cambio, nosotros aprendemos de la
fe profunda de los emigrantes que han cruzado fronteras para venir a
nuestras tierras. Nosotros los cristianos debemos dar testimonios
con valor a la verdad del evangelio. Debemos buscar vivir y mostrarle
al mundo la unidad la cuál Cristo desea, ya que iglesias divididas
debilitan la misión de Cristo. Debemos pedir a Dios sanarnos
por nuestra falta de unidad y equiparnos a nosotros para hablar con
fe y valor.
Oración
O Dios que inspiraste a tu siervo Josué a hablar con valor en
un tiempo de necesidad y a dirigir sus gentes a la Tierra Prometida. Tu
Hijo Jesucristo atravesó barreras de cultura, clase y género
dando curación y esperanza a aquellos que lo necesitaban. El
es nuestra paz. El ha roto paredes divisorias y ha creado en El
mismo una nueva humanidad. Oramos por el cuerpo de Cristo, la iglesia,
en el mundo de hoy. Ayúdanos a avanzar a tu Reino aquí
en la tierra. ¡Que podamos encontrarnos todos con tus bendiciones,
especialmente al extranjero en nuestro camino! ¡Que podamos
formar juntos el solo cuerpo de Cristo en cuyo nombre y a través
del cuyo Espíritu nosotros oramos. Amén.
Día 6, La Justicia de la Gracia de Dios:
...es la gracia como se extiende a cada vez más personas... (2
Corintios 4:15).
Escritura
Deuteronomio 10:17-22, ...quién ejecuta la justicia por
el huérfano y la viuda.
Salmo 103:1-13, El Señor es clemente y compasivo.
Romanos 3:21-31, Ellos son justificados por el don de su gracia.
Mateo 5:1-12, Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia.
Meditación
El pecado es la fuente de injusticias en el mundo. Por rechazar
la justicia de Dios privamos a la gente de su dignidad y de sus derechos
existenciales. Dios nos ha justificado en Cristo, por su amor incondicional
a nosotros. A través de la muerte y resurrección
de Cristo, nosotros estamos destinados a la eterna comunión con
Dios. Los cristianos hemos sido enviados a proclamar juntos la
justicia de Dios y el poder de su gracia. Nuestro mandato es desplegar
la justicia de Dios con nuestros testimonios. Estamos llamados
a ser instrumentos del reino de Dios, como hombres y mujeres justos
que viven para Dios y buscan revelar su amor y justicia a todos. Nosotros
vemos muchos rostros de las injusticias en nuestros tiempos. Sociedades
que son económicamente injustas expulsan a sus miembros llevándolos
al hambre y a la pobreza, negándoles condiciones de vida humanas,
y bloqueándol es su acceso a la salud y educación. La
guerra o la opresión religiosa están en todas las tierras. Tal
es el mundo en el cual nosotros debemos gritar por la tan esperada justicia. Dios
se identifica el mismo con el pobre, el débil, el enfermo, el
extranjero, el niño, el anciano, la viuda. En las Beatitudes
nosotros estamos invitados a ser promotores de una justicia que transforma
estructuras discriminantes en instrumentos de paz. La visión
espiritual de la vida que tenemos en Cristo es la esencia de toda justicia
y la base de todos los derechos humanos. Nuestra solidaridad activa
con las gentes sin poder hace visible el poder de la justicia de Dios.
Oración
Dios, Padre nuestro, nosotros te damos gracias por tu gracia, la cuál
nos hace hijas e hijos en Cristo. Tu nos llamas a nosotros como
tus hijos a ser defensores de tu justicia en el mundo. Concédenos
gracia para trabajar, sin miedo, por la justicia que trae paz para la
sociedad humana. Fortalece los lazos que nos unen, y llamanos a
una vida donde la unidad de creyentes sea reflejada en cada comunidad
de fe. Llévanos una vez más cerca el uno del otro,
de manera que tu voluntad y no la nuestra sea hecha en nuestras vidas. Amén.
Día 7, Perseverancia: Por eso no desfallecemos
( 2 Corintios 4:16).
Escritura
Nehemías 7:73-8:3, 9-10, ...no lamente o llore.
Salmo 118:5-9, 19-24, Abrídme las puertas de justicia.
Actos 7:54-8:5, ...los que se habían dispersado... iban
anunciando la palabra.
Marcos 10:28-30, ...el ciento por uno ahora al presente... con
persecuciones.
Meditación
La vida inflige pérdidas en nosotros. Nosotros todos conocemos
el dolor y la lucha. La vida particularmente deja sus cicatrices
en los cuerpos de los refugiados, las personas abandonadas, los desahuciados. Los
días llegan y se van, cada uno trayendo sus problemas: una mujer
debe abandonar su tierra; niños se encuentran ellos mismos en
un país extraño; un hombre debe dejar a un lado el oficio
aprendido por su padre, el cuál ya no se necesita más;
una familia es forzada a intercambiar el lenguaje materno por uno extranjero,
sus costumbres nativas por las del extranjero. Los primeros cristianos
también conocían sobre penurias y batallas. Como
ellos manejaron su situación nos da entendimientos en las fundaciones
de la fe la perseverancia y solidaridad. Cuando Esteban fue puesto
a muerte y la iglesia de Jerusalén fue hostigada con una persecución
severa, sus miembros esparcidos encontraron recursos internos y fortaleza
para seguir proclamando la palabra, en vez de ser paralizados por el
miedo. Pablo los entusiasmó a los Corintios, en no desanimarse
aunque estuviesen afligidos y agolpeados, pero que entendiesen estas
experiencias como una manera de cargar en sus cuerpos la muerte de Jesús,
de manera que la vida de Jesís sea hecha visible. Esta conexión
entre sus propias luchas personales y la muerte y resurrección
de Jesús refleja como el poder de la resurrección puede
cambiar nuestro entendimiento del sufrimiento y la muerte. En cada
acto de compasión encontramos a Cristo mismo, y somos recordados
que la misión a la cuál están invitados los cristianos
es a compartir de Dios mismo. Más aún, aquellos que
sufren nos revelan a nosotros en sus cuerpos cansados que la gratitud
aún es posible, que todavía hay esperanza, que no todo
está perdido si confiamos en el Uno que hace todas las cosas
nuevas. Paradójicamente, en el contexto del sufrimiento
y las heridas, el evangelio se muestra adelante como el restaurador
de todo lo que está roto.
Oración
Dios Todopoderoso, haznos instrumentos de esperanza y compasión
en la faz de las necesidades físicas y espirituales. Dirige
nuestras manos a tocar a aquellos en necesidad. Abre nuestros ojos
y corazones para ver y sanar su dolor. Que ellos encuentren en
nosotros tu tierna presencia. Amén.
Día 8, Llamados a la Unidad en el Camino a la Gloria:
Preparando para nosotros un de gloria (2 Corintios 4:17).
Escrituras
Isaías 33:17-22, El Señor es nuestro rey; él
nos salvará.
Salmo 42, Espera en Dios; aún le alabaré.
Efesios 4:1-6, Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
Juan 17:20-26, ...para ver mi gloria...
Meditación
Cuando Jerusalén fue amenazada con invasión, el profeta
Isaías miraba adelante al día cuando Dios reinase y Jerusalem
fuera una morada de paz. Nosotros somos gente peregrina, extraños
en este mundo, viajando con fe hacia una Jerusalem celestial, deseando
ver la cara de Dios. A menudo la gente peregrina de Dios comparte algo
de la nostalgia de los refugiados por la estabilidad y la paz y la venida
del reino de Dios a este mundo. Mientras la cristiandad entiende a toda
la existencia humana como marcada por la inseguridad del estado peregrino,
ve a la iglesia como teniendo la vocación profética de
sentar adelante una visión de que Dios esta preparando para nosotros,
un peso eterno de gloria que desecha nuestras luchas actuales en un
mayor marco de trabajo de esperanza y promesa. Este futuro está
caracterizado por una unidad en la cuál la raza humana es llevada
a una integridad la cuál Jesús comparte con el Padre a
través de su Espíritu. Esta unidad es ya un regalo
en el Espíritu aquí y ahora: Hay un cuerpo y un Espíritu...
una esperanza de tu llamado, un Señor, una fe, un bautismo, un
Dios y Padre de todo... La iglesia está para ser un signo
en el presente de esa unidad la cuál en su plenitud mantenemos
solo como la promesa de Dios. Pero los cristianos aparecen al mundo
como divididos y rotos. Nuestro llamado ecuménico es el
de re-descubrir y hacer visible la unidad la cuál siempre viene
como un regalo del Espíritu Santo. A veces nosotros parecemos
rendirnos ante esta tarea. Nosotros debemos asegurar la esperanza y
certeza de que podemos ser uno en Cristo tanto nosotros podemos ver
la gloria la cuál Dios dio a Cristo antes de la fundación
del mundo.
Oración
Señor, muéstranos tu misericordia y por el poder de tu
Espíritu remueve las divisiones que separan a los cristianos
de manera que tu iglesia sea una signo visible de unidad en un mundo
fragmentado. Concédenos a nosotros un amor renovado, un
sabiduría verdadera, y un nuevo impulso por esa unidad de manera
que el mensaje eterno de tu Hijo pueda ser recibido como buenas noticias
por todos. Enciende de nuevo nuestra fe y nuestra esperanza de
manera que podamos viajar con alegría hacia tu reinado celestial,
confiando en tu promesa de gloria eterna. Amén.
Graymoor Ecumenical & Interreligious
Institute
PO Box 300, Garrison, New York 10524-0300